lunes, 25 de octubre de 2010

Claro que lo era y lo sigue siendo

22 de Octubre de 2010 | Espido Freire //ADN

Necesario

No me encuentro entre quienes se han alegrado por la desaparición (llamada piadosamente integración) del Ministerio de Igualdad. Sin duda, podía mejorarse su eficacia, y la estrategia de comunicación que ha seguido ha errado en muchas ocasiones, añadiendo más leña al fuego en polémicas que podrían haberse afrontado con mucho más tacto y ganándosela simpatía y la alianza de muchos votantes. Es cierto que poseía un fuerte carácter simbólico, que nacía de una voluntad presidencial demasiado invasiva, y que en un momento como éste, los símbolos son sustituidos por las apremiantes realidades.

Este Ministerio, asediado a críticas justas e injusta (ah, siempre el recelo ante el feminismo), anunciaba que se encaraba un problema importante y al que se daba prioridad: la misma voluntad alentaba el también caído Ministerio de Vivienda. Se comprometían a conseguir una serie de objetivos necesarios. Han fracasado.

Quien diga que la igualdad entre género (la que puede darse: ahorrémonos las obviedades físicas) se ha conseguido, o quien anuncie, como muchos, que el mundo es de las mujeres: quien niegue el aumento de actitudes machistas entre adolescentes, el retroceso fulminante por el paro de la mujer a su casa y sus labores; quien olvide la violencia que, de muchas maneras, se ejerce contra las mujeres, los prejuicios, el techo de cristal, el suelo resbaladizo, que hace que muchas de ellas acentúen la manipulación y actitudes arteras que poco hacen por el resto; quien así actúe no sólo cierra los ojos: es que miente.

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