domingo, 28 de febrero de 2010

y luego hablan de libre eleccion...


El 92% de las prostitutas son extranjeras y la mayoría está en manos de redes de trata

MADRID, 24 Feb. (EUROPA PRESS) -

El 92 por ciento de las mujeres que ejercen la prostitución en España son extranjeras y la mayoría está en manos de redes de tratas de blancas, por lo que sufren unas secuelas físicas y psicológicas similares a las de las personas sometidas a torturas, según estudios realizados por Médicos del Mundo y otras ONG.

Éstas fueran algunas de las conclusiones presentadas hoy en el 25 aniversario de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituta (APRAMP), en las que participó la directora y fundadora de la organización, Rocío Nieto; la directora del Instituto de la Mujer, Laura Seara; la directora general de la Mujer de la Comunidad de Madrid, María José Pérez-Cejuela y la delegada del Área de Gobierno de Familia y Servicios Sociales del Ayuntamiento madrileño, Concepción Dancausa.

En una época en la que la trata de mujeres con fines de explotación sexual y la prostitución eran cuestiones alejadas de la agenda pública y de la sensibilidad social, APRAMP se acercó a esas mujeres, las atendió y las acompañó en sus procesos de reinserción. Un trabajo que hoy siguen realizando con la misma dedicación, junto a otra labor que resulta cada vez más urgente: la sensibilización de la sociedad.

En declaraciones a Europa Press durante la conmemoración del 25 aniversario de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida (APRAMP), Seara expresó la necesidad de que toda la sociedad entienda que en "más del 90 por ciento" de los casos, la prostitución la ejercen mujeres que han sido traficadas.

En su opinión, este mensaje "debe calar" para que los medios "empiecen a plantearse" retirar sus anuncios de prostitución, un asunto que "forma parte de un debate que se abrirá tarde o temprano" y que "es posible, porque muchos ya lo han conseguido", explicó en declaraciones a Europa Press.

Por su parte, Nieto destacó que la unidad móvil de APRAMP que atiende a las víctimas de trata a cualquier hora y en cualquier punto de la ciudad, realizó 90 asistencias en 1990, frente a las más de 2.700 practicadas el año pasado.

Según dijo, las características de las mujeres atendidas también han variado: si en 1983 el 83 por ciento de las víctimas atendidas por la organización eran españolas, el porcentaje se redujo al 54 por ciento en 1994 y al 8 por ciento en 2009, cuando prácticamente todas las personas que acudieron a la organización para salir de las redes de explotación eran de origen extranjero, con 34 nacionalidades registradas.

Además, Nieto apuntó que las víctimas cada vez son más jóvenes, pues si en 1985 "la mayoría" tenía ya los 50, en 2009 "el porcentaje mayor" es el de mujeres entre los 18 y los 25 años de edad. Asimismo, se ha producido "un aumento significativo" del número de víctimas menores de edad o que acaban de cumplir los 18.

Por otro lado, María José Pérez-Cejuela puso el acento en que todas las iniciativas legales, penales o sociales que se adopten para combatir la trata tengan "una dimensión transnacional" porque se trata de un delito que no entiende de fronteras y contra el que deben estar "todos los Estados armonizando políticas".


"VÍCTIMAS QUE HAY QUE AYUDAR, NO PERSEGUIR"

Por su parte, Dancausa indicó que las meretrices "son víctimas a las que hay que ayudar, no perseguir", al tiempo que incidió en la importancia de la celebración, que supone un fuerte compromiso de la asociación APRAMP con la atención a la mujer prostituida y el trabajo que ha realizado para superar muchos obstáculos y afrontar numerosos retos. "Lo han hecho siempre con la convicción de que el esfuerzo valía la pena, y por eso hoy tienen, tenemos, muchos logros que celebrar", dijo.

"El objetivo debe ser ofrecer a estas mujeres una alternativa de vida, la posibilidad de integrarse, social y laboralmente, en la sociedad. Es el criterio con el que trabajamos desde hace años en el Ayuntamiento de Madrid: las mujeres prostituidas son víctimas a las que hay que ayudar, no perseguir. Por eso hemos optado por colocarnos a su lado, para hacer más fácil su proceso de recuperación e inserción social y laboral", indicó.

Según explicó, la política del Ayuntamiento en este sentido se ha ordenado en torno a tres estrategias básicas: ofrecer atención especializada y alternativas a las personas que ejercen la prostitución; dificultar las condiciones de acceso a los clientes y concienciar a los ciudadanos.

Dancausa señaló que como APRAMP, el Ayuntamiento de Madrid también fue pionero entre las Administraciones Públicas de España a la hora de abordar la explotación sexual. "Desde 2004 hemos creado dispositivos de atención integral de carácter público. Realizamos campañas de sensibilización social frente a la explotación sexual y ponemos de relieve que la demanda es un factor determinante en el incremento de la trata de mujeres", indicó.

sábado, 27 de febrero de 2010


Malamadre y el buen padre de familia

MIGUEL LORENTE / LUÍS TOSAR 23/02/2010

Antes de iniciar el motín sólo era un preso por homicidio, y antes de entrar en prisión un hombre violento, de esos que llaman "difíciles" quienes no los han mirado de cerca y no han visto que sus palabras siempre se cincelan sobre la realidad a golpes de violencia, para que nadie las olvide, para que todos los recuerden. Pero antes de ser ese hombre difícil probablemente fue un joven problemático, y antes de todo, desde el principio, fue el hijo de una mala mujer, el vástago de una mala madre.

Y fue ese comienzo el que lo marcó, con toda seguridad porque también estaba ya marcada su madre, y como si se hubiera tratado de una mancha en la piel, del color de los ojos o de la forma de los labios, le dio la herencia del rechazo y la culpa con un nombre tatuado por los demás, Malamadre.

La mala influencia de la madre sobre los hijos y las hijas es uno de los elementos que la cultura ha destacado como parte del mito de la maldad de las mujeres. Una pieza clave que ha sido situada en los contextos más diversos, desde la literatura en forma de madrastras y personajes perversos, hasta en la ciencia a través de trastornos producidos por las relaciones traumáticas entre madres e hijos.

Nadie se ha preguntado por qué los padres han estado ausentes en las relaciones afectivas íntimas con los hijos, ni tampoco se cuestiona si tienen algo que ver con que la mujer sea una mala madre. Ellos son el "buen padre de familia" que el Derecho establece como referencia, de ahí que sus obligaciones sean otras y giren sobre cuestiones materiales.

La reflexión no es gratuita, y refleja una realidad presente en la actualidad que, además, trata de ser potenciada por el posmachismo como forma de recuperar el poder perdido ante el avance de la igualdad.

No hay que irse muy lejos, ni en el tiempo ni en la distancia, para encontrar situaciones impregnadas por los mismos valores que llevan a situar la conducta de Malamadre en un problema de relación maternofilial.

Hace unos meses, un juzgado retiró la custodia de una hija a la madre por "desobediencia" y se la entregó al padre condenado por malos tratos. Según este razonamiento, el que una madre reivindique en vía judicial una serie de medidas y exponga los problemas que surgen en las nuevas circunstancias, entre ellos los conflictos en las visitas con el padre maltratador, afecta más al normal desarrollo de los menores que el hecho de convivir con un padre condenado por violencia de género, que nunca se ve impregnada de maldad.

Un maltratador no es un mal padre, pero plantear ante un juzgado que un hijo no quiere acudir a encontrarse con él es motivo de todo tipo de críticas contra la mujer, que es presentada como una manipuladora alienante y, por supuesto, como una mala madre que causará importantes secuelas en sus hijos, alguno de los cuales terminará en una prisión y originará un motín alentado por el resto de presos al grito de "¡Ánimo Malamadre!".

Nosotros somos hombres que hemos conocido de cerca la violencia de género como consecuencia de nuestro trabajo, y por más que impacta el resultado de las agresiones, aún duele más penetrar por el entramado que hace posible esta violencia, que la rodea para ocultarla, para silenciar el eco sordo de los golpes y el lamento del dolor que genera. Que aísla a quienes la sufren, que las responsabiliza por ser malas madres y malas mujeres, y que las separa de la realidad que habitamos para hacer de la ocultación invisibilidad, y de ésta, inexistencia.

El verdadero motín hay que hacerlo extramuros, debe ser esa transformación social la que haga incompatible la libertad y la igualdad que reconocemos como valores superiores, con la existencia de celdas en las que son atrapadas muchas mujeres, ya en 2010 y, de no actuar frente al posmachismo, aún más en 2011. Una reacción que deberá ser protagonizada por quienes ahora también son llamadas por razones diferentes "malas madres" y "malos padres", mujeres y hombres que han roto con los barrotes de los roles tradicionales para vivir y crecer sobre la igualdad y la libertad.


Más formación=más desigualdad

Más formación=más desigualdad

La brecha salarial entre hombres y mujeres crece a medida que aumenta la cualificación de los empleos - España firma peores índices que la media de la UE

M. CEBERIO BELAZA / C. MORÁN 23/02/2010

La formación es un factor de igualdad entre hombres y mujeres a la hora de conseguir un empleo, pero no para equilibrar los salarios. Cuanto más altos son los estudios ellos tendrán un sueldo mayor y la brecha no dejará de abrirse. ¿Por qué? De nuevo esto va asociado a la disponibilidad horaria en el momento en que deciden tener hijos o han de hacerse cargo de los ancianos.

La formación es un factor de igualdad entre hombres y mujeres a la hora de conseguir un empleo, pero no para equilibrar los salarios. Cuanto más altos son los estudios ellos tendrán un sueldo mayor y la brecha no dejará de abrirse. ¿Por qué? De nuevo esto va asociado a la disponibilidad horaria, una rémora en la carrera profesional de las mujeres en el momento en que deciden tener hijos o han de hacerse cargo de los ancianos. "En el sector privado es donde las diferencias son más acusadas", dice la catedrática de Economía de la Universidad de El País Vasco Sara de la Rica. "Estar siempre disponible para el jefe es algo que las mujeres no pueden hacer. Ellas, para conciliar vida laboral y personal, acabarán por abandonar cualquier intento de promoción. Pero todo el mundo tiene que saber que los hijos son de la sociedad, no de las mujeres".

En el sector público, sin embargo, donde acaban muchas mujeres, no se consigue más seguridad laboral a cambio de peores sueldos, como tiende a creerse, sino que los sueldos son altos para ellas, más que si estuvieran en la empresa privada, al menos cuando se trata de puestos relacionados con estudios superiores.

De la Rica, miembro de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, opina que "es importante que a corto plazo las mujeres se mantengan en el mercado laboral o accedan a él, porque eso supone entrar en una buena dinámica de crecimiento a través de la mano de obra femenina, muy cualificada. Pero para eso se necesita que las negociaciones colectivas entre la empresa y los trabajadores dejen de ser leoninas para las mujeres".

La tasa de empleo de las mujeres con hijos dependientes es del 62% en la UE, mientras que para los varones tener familia apenas influye: su tasa de empleo sigue siendo alta, de un 91%. Y ese problema permanece con estudios y sin ellos. Pero la frustrante idea de que, a mayor nivel de estudios, la brecha salarial se incrementa, se aprecia con claridad cuando se comparan las comunidades. Según el INE (con datos de 2006), las regiones donde menor es esa diferencia salarial son Canarias y Extremadura (también con una baja población con estudios superiores, ambas alrededor del 22%, cuando la media española es de un 29%), mientras que otras como Madrid, Cataluña o el País Vasco tienen una brecha más acusada (y un porcentaje de población con estudios superiores mayor que la media, un 42% en el País Vasco), que alcanza su máximo en Asturias y Aragón.

En todo caso, el salario medio de las mujeres es entre un 20% y un 30% menor que el de los hombres en todas las CC AA. La media es del 26,3%. En 2007, el salario promedio anual femenino fue de 16.943 euros y el masculino de 22.780. Es una de las brechas salariales más altas de la UE (cuya media es del 17%). Este dato no se refiere a diferencias salariales en el mismo empleo, sino a la diferencia media entre el conjunto de mujeres y de hombres por hora trabajada.

"Una mujer tendría que trabajar un mes y 22 días más que un hombre para ganar el mismo salario, según los estudios europeos", afirmó ayer la presidenta de la Comisión de Igualdad del Congreso, Carmen Calvo, en una jornada parlamentaria organizada por el Grupo Socialista y que reunió a políticos, sindicatos, patronal y organizaciones de mujeres.

Hay que distinguir discriminación de desigualdad salarial. La discriminación se produce cuando la mujer cobra menos por el hecho de serlo en un trabajo igual o de igual valor. Está prohibida por ley (tanto en el artículo 28 del Estatuto de los Trabajadores como en el 14 de la Constitución) y puede lucharse contra ella en los tribunales. La desigualdad salarial es un problema más complejo porque tiene causas diversas y muchas veces, un disfraz sutil. Hay desigualdad por una mayor temporalidad en los contratos femeninos (la tasa es del 25% frente al 17% en el empleo masculino); porque los complementos salariales benefician más a los hombres; porque sus trabajos, por lo general, están más valorados; porque ellas no llegan a según qué puestos. Más del 80% de los contratos a tiempo parcial son de mujeres y la economía sumergida les afecta también más a ellas (en tareas de limpieza, servicio doméstico, comercio al por menor...).

"Las cifras indican que el mercado laboral ofrece un 30% menos de beneficio a las mujeres", dijo ayer Marisa Sotelo, de la Fundación Mujeres. "Es difícil encontrar dos puestos idénticos con sueldo distinto. Muchas veces se dice que la diferencia se produce por la aplicación de 'criterios objetivos'. Pero, incluso aunque lo sean, inciden sobre todo en las mujeres". Puso un ejemplo: los pilotos de Iberia cobran un complemento por horas de vuelo, horas que no pueden acumular cuando están embarazadas. "Una mujer de 40 años con dos hijos estará dos niveles retributivos por debajo de un hombre que no haya tenido esas interrupciones. Las horas de vuelo parecen un criterio objetivo, pero éste es su efecto".

El ejemplo sirve también para introducir uno de los grandes problemas para alcanzar la igualdad salarial: los complementos, de los que habló la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y también los sindicatos. "Dos terceras partes de los ingresos salariales de los hombres se basan en complementos, pero estos sólo suponen una cuarta parte de los salarios de las mujeres", señaló la secretaria para la Igualdad de UGT, Almudena Fontecha. "El 50% de la desigualdad viene ligada a estos complementos, que pueden ser por antigüedad, plena disponibilidad, productividad...".

Con el retraso de la edad de jubilación a los 67 años como telón de fondo, los sindicatos sostuvieron durante la jornada parlamentaria que una alternativa eficaz a esa polémica propuesta sería lograr que las mujeres puedan trabajar más y mejor. "Incrementar un punto la tasa de actividad femenina al año sería más importante que cualquier retraso en la edad de la jubilación", afirmó Ignacio Fernández Toxo, secretario general de Comisiones Obreras. Porque las mujeres, entre otras cosas, trabajan menos: la tasa de empleo masculina es del 68,1% y la femenina del 51%. "En la superación del diferencial está gran parte del futuro del sistema de pensiones y lo que de sano tenga la evolución de la sociedad española en los próximos años", dijo Fernández Toxo.

Su homólogo de la UGT, Cándido Méndez, coincidió en el diagnóstico: "La distancia en la tasa de actividad supone la posibilidad de incorporar a más de dos millones de personas. Si subieran la tasa de empleo femenino, sus salarios, y se redujera la precariedad, aumentarían por partida triple los ingresos de la Seguridad Social".

También se incrementaría el consumo y eso tira de la economía. Pero hay quien manifiesta más cautelas a este respecto. Sara de la Rica cree que el asunto de las pensiones es un debate aparte de la necesidad de que las mujeres tengan acceso al mercado laboral. "Por supuesto necesitamos más gente cotizando para hacer frente a las pensiones, y eso lo pueden hacer las mujeres, o los inmigrantes, como suele plantearse, pero a largo plazo el problema no estará solucionado, porque ellas también se jubilarán, y dada nuestra esperanza de vida, muchos años de pensionista, alguien tendrá que hacerse cargo de eso algún día", opina. "Si no hay más gente joven, habrá que cotizar más tiempo", dice.

En todo caso, si la cuestión es llevar más mujeres al mercado laboral, ¿cómo hacerlo? "El modelo de crecimiento económico conspira contra la igualdad", señaló ayer Cándido Méndez. "La desigualdad tiene causas de tradición, estereotipos, pero hay elementos económicos que pesan como una losa, como los salarios. Si una pareja tiene que plantearse que uno de los dos cuide a su hijo, ¿quién va a abandonar su empleo? El que cobra menos".

Javier Ferrer, presidente de la comisión de Seguridad Social de la CEOE, se quejaba de que los estudios sobre el tema no son completos. "Hay que analizar las diferencias en función del tipo de contrato, de jornada, la antigüedad en la empresa. La Encuesta de Estructura Salarial no ofrece información desagregada, y otros estudios similares tienen el mismo problema". Pero algunos intervinientes lamentaron, precisamente, la opacidad de las empresas a la hora de aportar información sobre las retribuciones.

El análisis a grandes rasgos está claro: falta una mayor implicación de los hombres en la vida privada que descargue a las mujeres; dejar de feminizar los contratos temporales y a tiempo parcial; dejar de valorar más cualquier trabajo por el hecho de que lo haga un hombre -se habló ayer, por ejemplo, de cómo los cristaleros (hombres) cobran más que las limpiadoras (mujeres) en los mismos centros de trabajo-; que lleguen más mujeres a las organizaciones sindicales y a la patronal para la negociación colectiva; controlar la cuestión de los complementos; seguir incidiendo en la Ley de Igualdad, en las sanciones a las empresas que la incumplan... Pero hará falta también un análisis de trazo fino para detectar de forma muy pormenorizada las desigualdades en cada sector, en cada empresa, y ponerlas fin una a una. Sigue necesitándose más información.

Cuestión de justicia

Las jornadas celebradas ayer en el Congreso pusieron de manifiesto que el acceso masivo de las mujeres al mercado de trabajo es, sobre todo, una cuestión de justicia, pero también de competitividad. Los sindicatos mostraron algunas ventajas de la mano de obra femenina.

- Los mejores. Permite reclutar a los mejores trabajadores, sean hombres o mujeres, los especialistas más cualificados.

- Productividad. Un mejor uso de los recursos humanos siempre redundará en mayores tasas de competitividad y de productividad.

- Riqueza. Incrementar los ingresos de las mujeres con un salario justo es aumentar su capacidad como consumidoras. Por tanto, serán generadoras de riqueza.

- Imagen. La justicia en los salarios redundará en un mejor ambiente laboral y ofrecerá una imagen de la empresa más favorable.

Tecnologías de la Información. Nuevas tácticas de abuso a las mujeres.

Las nuevas tecnologías se han convertido en una de las formas más populares de maltrato doméstico hacia las mujeres. Se usan celulares, videojuegos o rastreadores digitales de personas. También Internet.

Según un informe de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones, 15 por ciento de los sitios de organizaciones de mujeres han sufrido un tipo de asedio. Pero no es lo único: para contrarrestarlo, en 2006 se cuentan 24 mil 880 sitios web identificados con la causa.

En la película española "Te doy mis ojos", de la directora María Iciar Bollain, el personaje principal ejerce la violencia contra su mujer de muchas maneras. Incluye el uso del celular para controlar su vida y hostigarla sin miramientos.

Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) se han convertido en poco tiempo en nuevos canales para ejercer la violencia hacia las mujeres. Internet, un espacio que durante muchos años facilitó el intercambio, la participación y la democratización de las comunicaciones, con el auge de la comercialización del ciberespacio ha logrado transformarse en un lugar donde también se expresa la discriminación y la violencia hacia las mujeres.

En una investigación sobre las conexiones entre el uso de tecnologías (TIC) como canales en los que se ejerce o se expresa la violencia contra las mujeres, se ha establecido que los últimos adelantos en materia tecnológica se usan para hostigar, controlar y ejercer violencia, principalmente psicológica, contra las mujeres.

El estudio del Programa de Apoyo a las Redes de Mujeres de la Asociación para el Progreso de las Comunicaciones (PARM LAC de APC) establece tres áreas principales en que las TIC son utilizadas con estos fines: la violencia doméstica, la violencia sexual y la violencia hacia las mujeres en zonas de conflicto.

CONTROLES DIGITALES, VIOLENCIA VIRTUAL Y PSICOLÓGICA

"El novio de mi hermana usaba el celular para controlarla. Parecía un buen tipo, pero no la dejaba tranquila, con llamadas y mensajes a cada rato y enojándose si ella no respondía. Llegó un momento que eran tantas sus interrupciones que mi hermana ya no podía trabajar, ni estudiar, ni conversar con nadie. Era una persecución constante, aunque él parecía muy amable cuando se encontraban.

Por suerte, mi hermana pudo cortar la relación, pero le costó tomar conciencia de que en realidad este novio era un violento", relató Aurelia en una consulta.

Las TIC han abierto nuevos caminos de control para los abusadores. Ya existen denuncias sobre la manera en que determinadas tecnologías se usan para amenazar a las mujeres.

Entre ellas hay algunos casos muy cotidianos: software espías, para vigilar los correos electrónicos, la navegación por Internet y los chateos?; tecnología inalámbrica para escuchas, con el fin de vigilar conversaciones telefónicas o en otras habitaciones de la casa; vigilancia visual, con cámaras ocultas y webcams; rastreos, con dispositivos inalámbricos en los automóviles para conocer el recorrido y el paradero de los mismos.

Violando derechos personales y el derecho a la privacidad y con una violencia sutil, pero constante y opresiva, la utilización de TIC se está convirtiendo en parte integral de las tácticas de maltrato a las mujeres por parte de sus parejas en el ámbito doméstico.

En materia de violencia sexual, el uso de TIC ha permitido una mayor circulación de imágenes y mensajes. Existen videojuegos en Internet que incluyen situaciones de sexo violento, donde las mujeres son atacadas, ultrajadas, violadas, torturadas, incluso hasta la muerte.

Pero aún la pornografía habitual tiene derivaciones preocupantes, porque su repetición constante termina denigrando a las mujeres y banalizando el acto sexual. Un 12 por ciento de los sitios de Internet son de contenido pornográfico y constituyen parte de un negocio gigantesco y de una industria que produce anualmente 57 mil millones de dólares. Se calcula que cada usuario o usaría de Internet recibe diariamente un promedio de 4,5 mensajes pornográficos y que la pornografía es parte del entretenimiento diario de millones de personas en todo el mundo.

A esto se agrega también el voyeurismo digital, ayudado por celulares con cámaras fotográficas, las videocámaras digitales y la rapidez de Internet. Ya son varios los casos en el mundo en lo que se ha denunciado la presencia de mujeres que circulan a través de filmaciones o fotografías de actos sexuales o situaciones sexuales humillantes. Con estas herramientas digitales las mujeres se ven reducidas a cuerpos pasivos o cosificados e incluso cobran importancia los cuerpos sin rostro, donde sólo interesan determinadas partes de la anatomía femenina que son difundidas por la red.

¿Pueden dañar los mensajes electrónicos con propuestas e insinuaciones sexuales, o imágenes eróticas no solicitadas? Si estos se repiten varias veces al día, de manera insistente y agresiva, seguramente comenzarán a dañar a la persona que los recibe, creando inseguridad, temor y, en breve tiempo, síntomas de estrés.

Nuevas modalidades de acoso sexual llegan al correo electrónico de las mujeres, enviados desde el anonimato de los que se ocultan tras nombres falsos. No es nada sencillo descubrir al agresor y, muchas veces, las mujeres se ven obligadas a dejar de utilizar sus direcciones electrónicas habituales o a abandonar las salas de chateo para evitar que continúen las agresiones.

También existen casos de asedio cibernético en los que se expresa la violencia contra las organizaciones de mujeres, en especial aquellas que defienden los derechos de las mujeres o que tratan temas controvertidos, como los derechos sexuales y reproductivos.

Se calcula que un 15 por ciento de los sitios de organizaciones de mujeres han sufrido este tipo de asedio, ya sea con bloqueos provocados o con ataques de virus o gusanos cibernéticos especialmente dirigidos en su contra. En las zonas de conflicto bélico, las TIC han sido utilizadas para perpetuar las imágenes de las mujeres como víctimas, para recalcar su situación de enemigas, como ocurrió en Ruanda con las mujeres tutsis, o para silenciar la realidad de las consecuencias de la guerra, como las filmaciones en las que se pretende demostrar que las guerras modernas son guerras "limpias", como si se tratara de juegos virtuales que no dañan a los civiles ni destruyen casas ni edificios públicos.

TIC CONTRA LA VIOLENCIA

Pero las mujeres y sus organizaciones no se han quedado con los brazos cruzados ante este panorama. Son muchísimas las organizaciones de mujeres que utilizan las TIC para combatir la violencia de género, para alertar y prevenir posibles situaciones de violencia doméstica y para dar asistencia a las víctimas.

A comienzos de 2006 existían 24 mil 880 sitios web dedicados a este tema, en diversos idiomas, y que ponían a disposición recursos y posibilidades de ayuda en distintos países y regiones.

Las organizaciones de mujeres utilizan también el chateo para aconsejar, brindar asistencia y acompañar a las víctimas de violencia, además de mantener servicios de asistencia telefónica durante las 24 horas y sitios web con indicaciones de cómo actuar y a quienes recurrir ante las agresiones.

En los últimos meses, dos organizaciones de mujeres han desarrollado campañas en Internet para hacer frente a la violencia contra las mujeres. La Radio Internacional Feminista (Radio RIF), de Costa Rica enfoca su campaña en la necesidad de construir espacios libres de violencia contra las mujeres en Internet y crear conciencia de la necesidad de erradicar esta violencia de la red.

También enfatiza el análisis desde la perspectiva de las mujeres de no separar lo público de lo privado, contribuyendo a visibilizar la violencia contra las mujeres y su conexión con otros tipos de opresión y discriminación, como el sexismo, la homofobia, el androcentrismo, el racismo, el etnocentrismo.

Por su parte, el PARM LAC desarrolló una campaña en la que invita a las mujeres a dominar la tecnología para luchar contra la violencia de género. Es cierto que las mujeres muchas veces han quedado relegadas en el acceso a los conocimientos tecnológicos y que se hace imprescindible su participación plena en el desarrollo y creación de TIC, como también en la discusión de las políticas públicas en el ámbito de las TIC.

Sólo de esta manera podrán operar en estos nuevos espacios sin perpetuar los desequilibrios de poder existentes. Su dirección: www.genderit.org

"Conectadas por una red libre de violencias" y "Dominemos la tecnología" son los slogans de estas campañas que llaman a las mujeres a no permanecer ajenas a lo que ocurre en los espacios virtuales ni en el uso de las tecnologías de información y comunicación más sofisticadas. Es fundamental que las mujeres actúen con firmeza en todos los ámbitos, para abogar por una sociedad inclusiva que rechace la violencia contra las mujeres y contra cualquiera de sus integrantes.

Discriminación sexista a través del lenguaje

Mercedes Bengoechea denuncia la discriminación sexista a través del lenguaje


"Una educación no sexista es fundamental: hay que evitar la mentalidad que ha creado al maltratador desde la escuela y desde los medios de comunicación. El lenguaje es una institución humana, reflejo intrínseco de la sociedad y su sistema patriarcal que se creó durante siglos".

Así lo ha señalado Mercedes Bengoechea Bartolomé, sociolingüista y Decana de la Facultad de Filosofía y letras de la Universidad de Alcalá, durante la conferencia que ha impartido en la Universidad Pública de Navarra sobre el sexismo en el lenguaje de los medios de comunicación y que se enmarca en los actos de conmemoración del Día de la Mujer Trabajadora. Mercedes Bengoechea ha centrado su investigación en las relaciones entre el lenguaje y el género, en la perspectiva social, ideológica y sociolingüística de los discrusos orales y escritos, es autora y editora de diversas publicaciones y desde 1994 forma parte de NOMBRA, Comisión Asesora del Lenguaje del Instituto de la Mujer.

"Los académicos no quieren creer que la ley del género es una ley básica del español" señala Bengoechea. El argumento que emplean para descalificar esta feminización del lenguaje y para justificar el uso del masculino genérico es la economía del lenguaje, "pero esa no es la única función del género gramatical masculino. Tiene otras funciones en una sociedad patriarcal: crear en la mente la imagen de la insignificancia femenina, que los hombres sean los propietarios de los cargos, de la representación de los grupos, como los musulmanes, los indígenas...", agrega Bengoechea. "La íntima relación entre ideologÍa, poder y lenguaje nos la han desvelado todos los filósofos que han analizado la filosofía del lenguaje".

Sexismo en los medios de comunicación

De su estudio para el Instituto de la Mujer en 2000 sobre el sexismo en la prensa (ABC, El País, El Mundo y La Vanguardia), Mercedes Bengoechea concluyó que éste comienza por la ausencia femenina. Sólo el 30% de las personas que aparecían en las noticias eran mujeres. En las páginas de política, nacional e internacional, su presencia descendía al 11%, se reducía todavía más en la sección de economía, y aumentaba en famosos, arte y sociedad, por la presencia de artistas, cantantes, etc. Estos datos no reflejan una mejora con respecto a un estudio similar realizado en los años 80, en el que se detectó una presencia femenina del 8% en la sección de política de la prensa española.

El uso del masculino plural que esconde la presencia femenina es otro modo de hacer invisibles a las mujeres, añade. "Nuestra presencia estaría escondida en ’los nacionalistas’, ’los estudiantes’, ’los socialistas’, y esto forma parte del problema de la ausencia. Hay que ir cambiando esto poco a poco" aconseja la sociolingüista. "Otra cuestión que podría mejorarse es que hay mujeres que aparecen en la prensa pero que no se les menciona, por ejemplo en una foto en la que aparecen hombres y mujeres, y se dice quiénes son ellos solamente, esto no es infrecuente", señala Bengoechea.

Parentesco y colores de ropa

"El principal problema es la ausencia, pero cómo se las menciona sigue siendo discriminatorio" prosigue la experta en lengua y género. "Así, expresiones coloquiales como ’la Sampietro’, ’la Paredes’ o ’la Robinson’ para designar a personalidades como presidentas de un país, ministras o presidentas de la Academia de Cine, sólo se utilizan para las mujeres, nunca he visto ’el Solana’. O el uso del nombre de pila es muy frecuente para cargos políticos como en el caso de Esperanza (Aguirre), cuando a Gallardón nunca se le llamó Alberto". En el caso de los hombres, contrasta, sólo son mencionados por el nombre de pila si son delincuentes. "Los manuales de estilo desaconsejan estos usos, pero lo más sorprendente es que ocurra en medios que se preocupan especialmente por el empleo del lenguaje, como El País o ABC".

Otra de las maneras de discriminación es que en las apariciones de mujeres en los medios se recalcan de manera injustificada sus relaciones de parentesco. Así, en el 25% de los casos se señala que son madres, esposas, abuelas, etc., cuando en realidad aparecen por cuestiones que nada tienen que ver. "Por ejemplo, al hablar de Elena Beloki, detenida por su pertenencia a ETA, nos decían que había sido novia de Iosu Ternera, hermana de otro terrorista, etc. Esto no ocurriría en el caso de presentar una noticia sobre un hombre".

Se citan los colores de ropa de las ministras, o cómo van vestidas, como una forma de control, cuando esto nunca se hace con los ministros, y lo asumimos como algo normal. "Es más peligroso aún cuando hacemos referencias al físico al hablar de víctimas del acoso o de la violencia sexual, o de prostitutas, ya que las estamos mirando desde un punto de vista superior" advierte la sociolingüista.

Sexismo en la Real Academia de la Lengua

Cabe agregar que Mercedes Bengoechea llevó a cabo un estudio sobre la 21ª edición del diccionario de la Real Academia Española (RAE) para determinar su sexismo. Era un informe encargado por el Instituto de la Mujer y que, a pesar de que abrió todos los telediarios un día de septiembre de 1994, fue enviado a la Academia y no obtuvo respuesta. En 1995, por encargo del Instituto Nacional de Empleo, Bengoechea participó en la elaboración de una guía de títulos profesionales que determinaba los femeninos. "La RAE se negaba a reconocerlos, con la excusa de que no hay profesión en femenino. Así descubrimos que la ausencia de estos términos hacía que las mujeres que ejercían una determinada profesión cobraran menos, o se les considerase aprendizas, ya que por abajo nunca hay problemas para la feminización, solo son los altos cargos los que cuesta feminizar" apunta Bengoechea.

"El sexismo de la Academia es increíble. Ni a Emilia Pardo Bazán ni a María Moliner les dejaron entrar en la Academia porque era una sociedad de varones. Su sistema es muy parecido al del colegio cardenalicio, no preguntan a la sociedad ni es democrático, alguien de la propia Academia debe presentar una candidatura y entre ellos se votan. Les falta conectar con el pueblo y afrontar una democratización interna" afirma Mercedes Bengoechea. "No es admisible que se atrevan a no reconocer el término género no como sexo, sino como comportamiento y expectativas asociadas a un sexo, cuando todo un Gobierno apuesta por una ley por la igualdad de género, y se emplea el término en muchos estudios de lengua, medicina, etc.". Además, la lingüista comenta que "no reconocen el matrimonio homosexual, cuando ellos sólo deberían incluir la palabra en el diccionario, no decirnos cómo tenemos que entender la sociedad. La RAE debe conectar con el sentir mayoritario".

Según Bengoechea, desde la citada institución muestran "una tremenda falta de sensibilidad hacia los problemas de las mujeres, y para que reconozcamos su autoridad tienen que demostrarnos lo contrario". Y pone como ejemplo de sexismo las acepciones que el diccionario de 2001 de la Academia da para palabras como alcalde/alcaldesa. huérfano, gozar...

Signos de cambio y optimismo

A pesar de todo, Bengoechea se muestra optimista y afirma que la discriminación en el lenguaje va siendo cada vez menos frecuente. "Hemos aprendido a usar la lengua de forma sexista y es muy difícil de cambiar, tampoco vamos a desmontar el edificio del símbolo gramatical, pero se está empezando a desmoronar, por parte de hombres y mujeres, porque queremos una sociedad en la que exista la igualdad".

Así, cada vez son más frecuentes gestos como incluir la arroba, las barras, el empleo de la diferenciación entre hombres y mujeres.... Hace años se decía que una mujer era un miembro de un tribunal, y "en 10 años, hemos pasado a decir soy una miembro; hay una tendencia en la lengua oral a feminizar, y ésta trae muchos cambios en el lenguaje", señala Bengoechea. Y aunque estos cambios son una constante en todos los textos, "la noción de género, tal y como nos la han transmitido, no va a ser transmitida a las generaciones futuras" concluye la experta.