sábado, 23 de abril de 2011

EL CUERPO ESTÁ CONSTREÑIDO POR IDEALES AJENOS

LAS MUJERES FUSTIGAN HOY SU CUERPO COMO LO HACIAN EN EL XVI O XVII

A sus 81 años, Margo Glantz (México DF, 1930) no ha dejado de viajar. Acaba de llegar a Lima, procedente de Argentina, para participar en el Festival Eñe. Pero Glantz es, sobre todo, una de las grandes escritoras de México. Académica y ensayista, su producción está volcada en el cuerpo femenino con obras como Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador y Saña, en el que aborda la temática de la violencia. Ayer, impecable, recibió a Público en la capital peruana.

¿Por qué le interesa el cuerpo y el viaje?

Para viajar necesito el cuerpo, y para mí las experiencias sensoriales siempre fueron importantes. Por otro lado, el cuerpo está constreñido por ideales y por visiones desde fuera. Sobre el todo el femenino. Lo que he pretendido es conocer ese cuerpo, desde la literatura y desde la enseñanza, ya que son dos ámbitos desde los cuales, cuando se trata de analizar ciertos aspectos de la realidad consiguen que esta se vuelva más evidente y compleja.

Ha escrito libros sobre la moda. ¿Cree que vivimos una dictadura del cuerpo?

Lo que yo veo ahora es que la mujer fustiga su cuerpo de la misma forma que lo hacían las mujeres en el siglo XVII o XVII, cuando intentaban reprimirlos. En la actualidad, la mujer tiene ese oscilar entre la anorexia y la obesidad, terrible.

"Las mujeres pensamos que no tenemos derecho al acceso a la escritura"

Sin embargo, no cree en la literatura femenina.

Creo que hay una escritura de mujeres diferente a la de los hombres. Pero también sostengo que, al menos en Occidente, hemos logrado no ser consideradas una raza aparte. Creo que las mujeres todavía estamos colonizadas. Las mujeres pensamos que no tenemos derecho al acceso a la escritura.

Ha conocido a escritores mexicanos como Octavio Paz, Carlos Monsiváis, José Emilio Pacheco ¿Cómo fue su relación con ellos?

Fui muy amiga de Monsiváis, también de Carlos Fuentes cuando éramos jóvenes. Fue una generación muy importante porque coincidió con un momento de ruptura que también se dio en otras artes como la pintura. Por otro lado, fue una generación en la que tampoco hubo muchas mujeres. De hecho, ellos veían a la mujer como un objeto sexual. Ellos, como escritores, veían a la mujer como un objeto.

¿Por qué le interesa la violencia, como en Saña'?

Porque la saña es un ingrediente fundamental de la vida. Todas las acciones humanas, si no son hechas con encarnizamiento, no se logran. Tampoco la literatura. La saña también puede ser mala, como muestran los campos de concentración alemanes. Quizá haya sido el pintor Bacon el que mejor haya definido la figura de la saña porque en él todo es brutal. Es el artista que mejor captó el nazismo.

¿Tiene preparado algún próximo libro?

Ahora estoy escribiendo sobre mis viajes y sobre India. Me interesa mucho India en ese sentido de la violencia. No hay otro país en el que se vea tanto la mutilación del cuerpo humano, la miseria, la enfermedad Hay una violencia cotidiana, aunque en ella también hay belleza. Violencia y belleza pueden confluir.

¿Lee a escritores jóvenes?

No estoy muy al tanto. Además, las generaciones nuevas son muy prolíficas. En México pasamos un momento en el que toda la producción literaria gira en torno al narcotráfico. Pero hay escritores interesantes como Yuri Herrera, Valeria Luiseli y Guadalupe Nettel, que escribe sobre el erotismo vinculado a las excreciones como la orina, etc. Eso sí me parece interesante.

domingo, 13 de marzo de 2011

La marcha del millón de mujeres


Las egipcias son humilladas mientras claman por no quedarse atrás en su revolución

Mujeres y hombres vuelven a la plaza de Tahrir para pedir que no se las excluya del cambio y son dispersadas por una multitud

NURIA TESÓN - El Cairo - 08/03/2011

La plaza de Tahrir ha vuelto a teñirse de blanco, negro y rojo, los colores de la bandera egipcia, y a hacerse eco de los gritos de los ciudadanos que piden una vida mejor, pero sobre todo se ha teñido con el rojo de la ira (habría debido ser vergüenza) de aquellos que han querido humillar a los que se manifestaban. La marcha del millón de mujeres se ha convertido en una pesadilla para los centenares de personas que se congregaban en la emblemática plaza. Lo que empezó siendo una reivindicación pacífica que celebraba el Día de la Mujer, y reclamaba que nadie olvidara que ellas son una parte importante de las sociedades árabes y no deben ser dejadas atrás, se ha convertido en el peor ejemplo de por qué Egipto necesita un cambio urgente en cuestión de género.

Al grito de "fuera, fuera", el grupo que se encontraba en la plaza ha sido disgregado por una multitud que ha amedrentado a las manifestantes hasta el llanto. Acusándolas de "extranjeras" y señalándolas como las culpables de obstaculizar la revolución, la turbamulta ha conseguido dividirlas en pequeños grupos, incluso de una persona, después de lo cual las rodeaban e imprecaban. "Esto es lo que quieren los americanos", chillaban.

Algunos hombres intentaban defender a las muchachas que estaban acorraladas y aterrorizadas pero que se enfrentaron a sus agresores estoicamente. Portando pancartas con el lema "dónde están la campesina y la madre del mártir" y dando a entender que las que se manifestaban no eran egipcias auténticas, los contramanifestantes han humillado a las congregadas con el argumento de que deben estar en casa "limpiando y cuidando a sus hijos". También algunas mujeres vestidas de forma tradicional han increpado a las que se reunían para pedir unas mejoras que las atañen a todas.

Horas antes, en un comunicado, los organizadores habían recordado que durante la revolución "las mujeres hicieron de escudos humanos, formaron parte de los comités de defensa de los barrios y se enfrentaron a los matones del Partido Nacional Democrático". También lanzaron consignas en contra del acoso sexual y de la discriminación por razón de sexo.

Una mujer en el nuevo Gabinete

A pesar de haber permanecido codo con codo desde el primer minuto de la revuelta, las mujeres fueron dejadas a un lado cuando empezaron a darse pasos hacia una transición democrática. Si el Gobierno de Hosni Mubarak tenía a cuatro mujeres entre una veintena de ministros, el nuevo Gabinete de Essam Sharaf solo tiene a Fayza Abul Naga. Lo mismo ha sucedido con la coalición de Jóvenes del 25 de enero que instigó la revolución y que se reunió con representantes del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas. Sólo Asmaa Mahfouz tuvo el privilegio de encontrarse entre los ocho emisarios de la juventud egipcia.

Ni una sola mujer estuvo en el grupo de sabios que ha elaborado las enmiendas propuestas a la Constitución que tendrán que votarse en referendo el próximo 19 de marzo. Este precisamente era uno de los motivos que esgrimían las personas que se encontraban hoy en la plaza de Tahrir pidiendo el fin del machismo y de una sociedad paternalista que tiene lastradas a sus mujeres, a las que relega a un segundo plano constante.

Inferioridad salarial, peores condiciones laborales y violencia sexual como norma es a lo que la mujer egipcia se enfrenta cada día. Y no sólo por motivos religiosos. Si bien algunos de los que asediaron a las manifestantes les repetían hadices coránicos, señalando que "la mujer debe estar sometida al hombre", la mayoría de los que acosaban a las manifestantes eran individuos normales, de mediana edad. No se trataba de una cuestión de religión, argumentaban algunas de las chicas, sino de machismo puro y simple.

Revolucionarias árabes....decepción....

Revolucionarias árabes

Las mujeres de Egipto, Libia y Túnez temen que la liberación de sus países no las incluyan

08/03/2011

Han luchado codo con codo junto a sus compañeros masculinos para liberar a sus países de la opresión y ahora temen que su propia liberación quede en el olvido. Millones de mujeres árabes han vivido o están viviendo las rebeliones cívicas de sus respectivos países con la doble esperanza de conquistar la democracia y, al tiempo, liberarse de la opresión que sufren por su condición femenina exigiendo un cambio social.

La evolución de los acontecimientos abre, sin embargo, la puerta a la decepción. Los datos no son esperanzadores. Una vez desalojados del poder los presidentes de Túnez y Egipto, los nuevos órganos de poder que van a gestionar la transición están dominados por los hombres. En ellos, la presencia de mujeres es nula o testimonial. Lo mismo está ocurriendo en las zonas conquistadas por los rebeldes libios.

El mundo árabe es el que peor trato depara a las mujeres. Todos los indicadores (empleo, participación política, brecha salarial) lo sitúan a la cola, por detrás incluso del África subsahariana. En algunos de los países hoy levantados en armas contra sus tiranos, las mujeres (muchas de ellas, veladas) tienen enormemente limitada su capacidad de movimientos, sufren la ablación del clítoris (una práctica que se mantiene en las zonas rurales egipcias), son forzadas a casarse con el hombre elegido por las familias y muchas de ellas son condenadas al analfabetismo. En Egipto, el 83% de las mujeres han sufrido acoso sexual alguna vez. Un triángulo diabólico formado por la falta general de libertades, la religión (en creciente radicalización frente al sentimiento antioccidental) y la cultura se ha cernido sobre las árabes durante décadas como un yugo asfixiante ante la indiferencia de sus compatriotas y la del resto del mundo. En ese contexto, que la cuarta parte del millón de manifestantes que tomaban cada día la plaza cairota de la Liberación fueran mujeres es un hito histórico que las democracias en ciernes no pueden dejar en el olvido.

Tampoco las potencias occidentales deberían desoír las ansias de libertad de las árabes, ahora que se han atrevido a reivindicarla de manera masiva. Al igual que las revueltas que han estallado en buena parte de los países árabes han dado al traste con las políticas de cooperación con dictadores que no dudan en robar y masacrar a sus pueblos, la discriminación que sufren las mujeres debería dibujar una línea roja insoslayable en las relaciones internacionales, como ha reivindicado más de una vez la secretaria de Estado Hillary Clinton.

Solo una política internacional comprometida con los derechos humanos, que incluyen la igualdad de oportunidades, puede insuflar algo de esperanza a las decepcionadas árabes. Sus manifestaciones coinciden esta semana con las convocadas en todo el planeta por el Día Internacional de la Mujer, una fecha que recuerda que todas nuestras democracias siguen teniendo un déficit que hay que corregir.

LAS MUJERES NO PUEDEN LIBERARSE BAJO NINGUNA RELIGIÓN


NAWAL EL SAADAWI Feminista, psiquiatra, escritora y activista egipcia

"La mujer no puede liberarse bajo ninguna religión"

GEORGINA HIGUERAS | Madrid 07/03/2011

Tiene 79 años y una actividad alucinante. La entrevista se realiza por teléfono durante su viaje a Oslo la semana pasada. Ahora se encuentra Nueva York y el próximo día 26 llega a España para participar en las jornadas de Mujeres en Segovia. Nawal el Saadawi es la principal feminista árabe y la primera en denunciar la castración de las mujeres. Sus críticas acerbas a las leyes y a la interpretación del islam que institucionalizaban el patriarcado represivo que impedía crecer a las mujeres la llevaron a perder todos sus puestos en la sanidad pública de su país, a la cárcel y posteriormente al exilio. Hoy, tras participar en las revueltas de la plaza de Tahrir, que acabaron con 30 años de dictadura de Hosni Mubarak , se siente más esperanzada que nunca: "Es el momento de la mujer egipcia", dice feliz.

Pregunta. ¿Qué significado tiene la revolución de Tahrir para la mujer?

Respuesta. Muchísimo. Por primera vez, las mujeres y los hombres de Egipto han sido iguales. Mujeres de todas las edades y clases estuvieron en la plaza de Tahrir, incluso madres con niños de pecho durmieron en la plaza.

P. ¿Usted fue a la plaza?

R. Por supuesto. Desde el principio; muchos días. Ahora estaré unas semanas fuera de Egipto, pero cuando regrese volveré a Tahrir todas las veces que sea necesario hasta que ganemos.

P. ¿Qué espera en concreto?

R. Deberían de habernos incluido en el comité para la reforma de la Constitución. Nombraron a ocho hombres y ninguna mujer, por ello estamos organizando una marcha de un millón de mujeres para el martes (hoy) en El Cairo y confiamos en recibir el apoyo de las mujeres en España.

P. ¿Cuál es la consigna de la marcha?

R. Que todos los comités e instituciones del nuevo Egipto deben de contar con mujeres. Se ha acabado eso de que solo sean hombres los que deciden.

P. ¿Teme que después de la revolución todo quede igual que antes?

R. No, ya hemos conseguido que caiga Mubarak y algunos de sus hombres, pero el problema de las mujeres es crónico y está enraizado en el patriarcado y la religión. Por eso pedimos una Constitución secular, un código familiar secular y un Estado secular separado de la religión. Las mujeres han muerto en Tahrir igual que los hombres y tienen que tenernos en cuenta.

P. ¿Está de acuerdo con las reformas constitucionales que ha hecho ese comité, que deberán votarse el próximo día 19?

R. Era un comité muy tradicional. Solo ha hecho pequeños cambios. Nuestra marcha es para exigir el cambio radical que las egipcias necesitan.

P. ¿No será contraproducente exigir tanto?

R. No vamos a aceptar la discriminación otra vez después de haber participado en la revolución. Tenemos que rebelarnos y luchar por nuestros derechos. No tenemos miedo de perder nada, porque no tenemos nada excepto nuestra alma.

P. ¿Por qué estalló la revolución?

R. Por acumulación de la opresión y de la corrupción. El régimen era tan corrupto que se hizo insoportable.

P. ¿Qué papel desempeñó la mujer?

R. Todos, incluida la muerte. Estuvimos allí desde el principio, dispuestas a todo y sin diferencias con los hombres.

P. ¿Esperaba algo así?

R. Soñé con esto desde que tenía 10 años, lo que quiere decir que llevaba 70 años esperando. No me sorprendió porque llevaba toda la vida luchando por ello, pero la irrupción fue sorprendente. Estoy feliz de haber llegado viva a la revolución.

P. ¿Pensaba que las egipcias serían tan activas?

R. A mi casa vienen muchos jóvenes, hombres y mujeres, a los que interesan mis libros; progresistas con los que debato distintos temas, pero ninguno creíamos que millones de egipcios tomarían las calles. Son más de seis millones los que en un momento u otro han estado en Tahrir.

P. ¿Piensa que esto es el despertar de la mujer egipcia?

R. Si, de las mujeres y de los hombres porque no podemos separar a unas de otros. La mujer no puede liberarse si el hombre no está liberado, de la misma forma en que el hombre no se puede liberar sin que la mujer se libere y todos necesitan un país libre.

P. ¿Cómo está organizando la Marcha del Millón de Mujeres?

R. En realidad la idea partió de un grupo de hombres jóvenes y progresistas, que tienen acceso a twitter, facebook y otras redes sociales. Se organizó en mi casa. Somos un grupo en el que trabajamos hombres y mujeres.

P. ¿Volverá a El Cairo para la manifestación?

R. No, no soy indispensable. Tenemos un liderazgo colectivo y son especialmente los jóvenes los que deben de encabezar la marcha. Yo voy detrás, soy su respaldo. Dicen que soy la madrina, la madre espiritual de la revolución.

P. ¿Cuál es la situación de la mujer egipcia en la actualidad?

R. Hay mucha discriminación. Todavía tenemos poligamia y queremos abolirla, además el hombre puede divorciarse sin que se tenga en cuenta para nada a la esposa.

P. ¿La Constitución respalda la poligamia?

R. Sí, porque dice que el Código Familiar no puede contradecir la sharia (ley islámica) y la sharia permite la poligamia. Egipto tiene uno de los códigos familiares más atrasados del mundo árabe.

P. ¿Por eso quería que hubiese mujeres en el comité para la reforma constitucional?

R. Claro. Mujeres y hombres jóvenes porque pusieron a hombres tradicionales y religiosos. Tendrían que haber sido hombres y mujeres seculares.

P. ¿Considera que la elaboración de una nueva Constitución será el principal logro de la revolución?

R. Sí. Si tenemos una Constitución radicalmente secular y hombres y mujeres, cristianos y musulmanes son iguales será una gran contribución frente al Estado tradicional. El secularismo es fundamental para una democracia auténtica. En los cambios realizados estos días han seguido manteniendo que Artículo 2 que dice que el islam es la religión de Egipto y eso debe de desaparecer.

P. ¿Cree que la discriminación tiene un origen religioso?

R. Sí. La religión es una ideología política y tenemos que separar religión y política. La mujer no puede liberarse bajo ninguna religión, ni cristianismo, ni judaísmo ni islamismo, porque las mujeres son inferiores en todas las religiones.

P. ¿No le parece que este argumento es demasiado radical para Egipto?

R. No. Cuando estaba en Tahrir me encontré a mucha gente que lo compartía. Muchos jóvenes progresistas, incluidos muchos hombres de la nueva generación de los Hermanos Musulmanes.

P. ¿Teme que el nuevo Egipto pueda quedar bajo el control de los Hermanos Musulmanes?

R. No. Tengo miedo de Estados Unidos e Israel porque ellos serán los que traigan a los Hermanos Musulmanes. Estuve en Irán al principio de la revolución de 1979. La revolución iraní al principio fue secular y socialista pero EEUU se sintió amenazado por una revolución socialista e impulsó su aborto. Jomeini llegó a Irán de la mano de Francia, Reino Unido y Estados Unidos. Ellos preferían una revolución religiosa antes que una socialista. El socialismo es el auténtico enemigo del capitalismo. En Egipto ha sucedido igual; de repente llevaron a Tahrir a un respetado clérigo (Yusef el Karadawi, de 84 años y exiliado en Catar) para que hablara en la plaza. Nosotros estamos en contra de esto, pero no tememos a los Hermanos Musulmanes porque son una minoría.

P. ¿Qué le pediría al nuevo Gobierno?

R. Lograr la destitución de Ahmed Shafik (nombrado primer ministro en los últimos días de Mubarak) también ha sido un logro de Tahrir. Confiamos en que el nuevo jefe de Gobierno Essam Sharaf apoye la creación de un consejo presidencial formado por hombres y mujeres honestos que, de forma transitoria, ejerza el poder que ahora tienen los militares y que sin prisa -porque hace falta que se formen los nuevos partidos- organice unas elecciones libres y la redacción de una nueva Constitución secular.

P. ¿Confía en la voluntad democratizadora del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas que ahora dirige Egipto?

R. No es una cuestión de confianza sino de poder. Si los manifestantes se van ahora a sus casas y el pueblo no vuelve a hablar, los militares harán lo mismo que el régimen de Mubarak. Si el poder no ejerce su poder, sin no hay un Parlamento al que rendir cuentas, Egipto y en cualquier otro país del mundo caerá en una dictadura. El pueblo que ejercer su poder. Si los militares no cumplen los compromisos adquiridos con el pueblo, volveremos a Tahrir. Esto es una revolución.

P. ¿Y usted cree en la revolución?

R. Sí, la revolución no ha acabado. Seguiremos en Tahrir hasta que cumplan.

P. ¿Cree que el nuevo Egipto ha tenido un buen comienzo?

R. Sí, está lleno de esperanza y la esperanza es poder.

ARTE CONTEMPORANEO Y ¿PARITARIO?



El director del Museo Reina Sofía, Manuel Borja-Villel afirma "que las cifras no se pueden sacar de contexto"

Por tanto, ¿en qué contexto metemos que quienes dirigen los cuatro museos mencionados en el artículo son hombres? ¿y las cifras que ofrecen? Un Museo creado en el año 2008 que se afirma libre de los prejuicios machistas de otras épocas y cuenta con el 27 % de obras de mujeres ¿?.

Arte contemporáneo y paritario

Los centros de creación y museos madrileños cuidan la presencia de mujeres artistas en sus colecciones y exposiciones sin comprometerse con cuotas

ISABEL LAFONT - Madrid - 13/03/2011

¿Tienen que estar desnudas las mujeres para entrar en un museo? Las Guerrilla Girls, un movimiento estadounidense de artistas feministas, lanzaba esta pregunta a finales de los ochenta para denunciar la reducida presencia de artistas mujeres.

La lucha por la paridad que se inició en los años sesenta poco ha podido hacer por remedar la falta de equidad histórica en el arte clásico.

Por ejemplo, de las 1.100 pinturas que pueden verse en el Museo del Prado, solo siete están firmadas por pintoras, concretamente por la flamenca Clara Peeters y la italiana Sofonisba Anguissola (entre las 7.900 obras que componen los fondos del museo, 7.900 obras, hay solo 45 cuadros de 35 autoras).

Pero en las instituciones dedicadas al arte contemporáneo, sí que ha calado el discurso paritario. Y eso a pesar de que un estricto análisis cuantitativo podría hacer pensar lo contrario. Según la asociación Mujeres en las Artes Visuales (MAV), que vigila las cuestiones de igualdad en el sector de la creación, de los 3.731 artistas representados en el Museo Reina Sofía, tan solo 482 eran mujeres (de las cuales, 225 españolas).

Los datos son de julio de 2010 y no contemplan las adquisiciones realizadas desde entonces. Según los datos facilitados por el museo, de las 50 obras adquiridas el año pasado, 20 están firmadas por mujeres. En todo caso, el director de la institución, Manuel Borja-Villel cree que esas cifras no se pueden sacar del contexto de lo que ha sido la historia del arte. "No se trata de aplicar cuotas, que son reaccionarias", afirma con contundencia. "Además, es peligroso mezclar categorías, como las políticas de igualdad laboral, con el discurso artístico". En el primer aspecto, esgrime cifras irrefutables: en el Museo Reina Sofía, de un total de 546 trabajadores, 392 son mujeres y 154 hombres. "Y de lo que podríamos denominar altos cargos de máxima responsabilidad, 28 son mujeres y 9 hombres", puntualiza. En cuanto al déficit de artistas mujeres en la colección, Borja-Villel recuerda que eso es cierto en lo referente a los años 40 y 50, la parte del montaje de la colección titulada ¿La guerra ha terminado? Arte en un mundo dividido (1945-1968), un periodo en que la creación, en todo el mundo, fue un coto casi exclusivo de machos alfa: "Fue una época de cowboys, de los Pollock, los Saura, incluso Louise Bourgeois no tuvo un papel relevante hasta más tarde. A partir de los años sesenta ese predominio se invierte y eso se verá en la parte de la colección que estamos instalando, las décadas de los setenta y ochenta. Uno de los ejes principales será el feminismo en sentido amplio". El discurso feminista también estará presente en las exposiciones individuales para 2011, una de las líneas temáticas que, junto con el poscolonialismo en Latinoamérica, marcarán la programación del Reina Sofía este año. De las 19 exposiciones individuales previstas, nueve son de artistas mujeres: Lygia Pape, Dorit Margreiter, Yayoi Kusama, Maja Bajevic, Leonor Antunes, Lili Dujourie, Elena Asins, Soledad Sevilla y Sharon Hayes.

Sin embargo, algunas voces creen que es necesario, precisamente, revisar la historia del arte para recuperar mujeres artistas que quedaron excluidas de la visión masculina dominante. Así lo reivindica la crítica de arte y presidenta de MAV, Rocío de la Villa, sumándose a una tendencia a la que ya se han aupado otras instituciones europeas: "En 2005, Lars Nittve, director del Moderna Museet de Estocolmo, abrió una suscripción popular para completar la otra mitad de la colección de arte moderno. En 2007 en la Tate empezaron a estudiarse las colecciones y hubo un punto de inflexión. Y todavía puede visitarse elles@pompidou, un montaje que realizó en 2009 el Centro Georges Pompidou en 2009, en el que propone un recorrido por su colección a través de artistas mujeres. Para ello, tuvo que realizar importantes adquisiciones de obra".

Los centros de arte madrileños más recientes nacieron libres de los prejuicios machistas de otras épocas, aunque eso no quiere decir que el discurso de género haya desaparecido. Ferran Barenblit, director del Centro de Arte Dos de Mayo (CA2M), creado en Móstoles en 2008, lo asume "con una cierta normalidad". Como discípulo que fue en sus años de formación de Marcia Tucker, fundadora del New Museum neoyorquino y conocida feminista, conoció el debate de primera mano. "Pero Marcia pasó por todas las etapas y con ella me empapé de un feminismo muy reflexionado", señala Barenblit. Con ese punto de partida, asegura que su objetivo no es que la colección de la Comunidad de Madrid esté firmada al 50% por mujeres y hombres (según datos de MAV, están representadas 56 artistas mujeres, lo que supone una cuota del 27%, que firman 196 de las 1.320 obras que integran el conjunto). "Lo que me importa es ofrecer un espacio para la reflexión sobre las cuestiones de género. Eso se ve, por ejemplo, en la organización de exposiciones, como la de Cristina Lucas, que el sábado llevamos a México", explica.

José Guirao, director de La Casa Encendida, reconoce el predominio masculino en el arte histórico, pero considera que la proporción está equilibrada entre los creadores más jóvenes. El tema del género, lejos de estar superado, sigue teniendo enorme vigencia: "Hay muchas mujeres que trabajan en cuestiones de género y desde el género. Tienen otra sensibilidad y están más ligadas a la fotografía, el vídeo, la performance... Se acercan al trabajo con soportes menos clásicos, como la pintura o la escultura, y tienden a buscar nuevos formatos que les permitan una mayor riqueza de expresión".

REVOLUCION Y MUJERES

domingo, 6 de marzo de 2011

Revolución y mujeres traicionadas




Las mujeres estuvieron al lado de los hombres y compartieron el sentimiento de pertenecer a un solo movimiento con los mismos objetivos, señaló Nora Rafeh Refa Tahtawi, quien participó en las protestas en El Cairo.

A pesar de ello, hoy lamentablemente leemos este artículo en Público:

Nazanin Amirian. Público

En el centenario del 8 de marzo, millones de mujeres desde África y Oriente Medio se han sublevado contra la dictadura. Sin embargo, pocas de ellas han podido plantear su sueño milenario de igualdad en las reivindicaciones propias. Pues esa mitad de la población suele ser utilizada por los hombres para engrosar manifestaciones y luego es ignorada en el reparto del poder.

El delirio de su superioridad se plasma en los viejos cuentos donde, burlando las leyes de la naturaleza, es él quien, desde su costilla, alumbra a ella, justificando así su subordinación, que las tradiciones y leyes se han encargado luego de consolidar.

El sistema patriarcal-capitalista, que convierte en mercancía también a las mujeres, en esta zona del mundo llega a ser aun más despiadado: cuando se viste de sotana, como en Irán, y se vuelve bárbaro, operando tras el tenebroso humo de las bombas, como en Irak, Afganistán o Palestina. Aquí, ellas son secuestradas, prostituidas, violadas, vendidas, asesinadas, incluso por los varones de la propia familia, que así lavan con la sangre de ella su maldito honor manoseado. Toda esta suerte la podrán correr las libias (que han gozado de importantes derechos a pesar de la dictadura) si EEUU llega a agredir su país, bajo la artimaña de “liberarlo de Gadafi”.
En Túnez y Egipto, a las mujeres les han amargado la fiesta de la revolución. Sus logros de décadas corren peligro porque los misóginos profesionales ya presentan sus cartas: forzándolas a llevar el pañuelo -símbolo de la autoridad del hombre sobre la mujer-, agrediendo a las “indecentes”, e impidiendo con violencia la manifestación de mujeres en defensa de sus derechos.
En la tierra de Cleopatra, han sido excluidas, al igual que los coptos, de la comisión que abordará la reforma constitucional. Las fuerzas reaccionarias cuentan con el silencio cómplice de los partidos “democráticos” - oportunistas y empapados de machismo- que, a cambio de una limosna política, renuncian al principio básico para construir una sociedad justa: la igualdad de derecho de todos los ciudadanos.